Un resumen del comienzo del té.

La historia del té comenzó en China alrededor del 2750 a. C. Durante este tiempo, se descubrió que la planta del té tiene varias propiedades medicinales. La leyenda dice que un Emperador llamado Shen Nung estaba sentado a la sombra de un árbol de té salvaje, hirviendo un poco de agua potable, cuando una brisa sopló unas pocas hojas del árbol en la maceta y le dio al agua un sabor que encontró delicioso. . Experimentó más y descubrió que tenía propiedades medicinales, así como un sabor agradable. Instó al pueblo chino a cultivar la planta en beneficio de toda la nación. Con el tiempo, se ha convertido en el legendario padre del té.

En los primeros días del consumo de té, las hojas se recogieron y se hirvieron en agua para producir una infusión bastante amarga. Las hojas se usaron principalmente como medicina y, en segundo lugar, como una bebida placentera. El té tardó más de 3000 años en convertirse en una bebida popular en todo el imperio chino. Durante la dinastía Tang (600-900 dC), la imposición de un impuesto reconoció la popularidad del té. Durante la dinastía Ming (1368-1644), las hojas de té sueltas al vapor y secas se hicieron populares; Sin embargo, este estilo de té verde no se mantuvo ni viajó bien fuera de China. Para proteger su cosecha, los comerciantes chinos comenzaron a tostar sus hojas para evitar que se pudrieran. Las hojas que se dejaron en el aire para oxidarse produjeron té negro (o rojo, como lo llaman los chinos). Este té fue fabricado principalmente para exportación, y los chinos, aún hoy, continúan bebiendo el té verde nativo

El emperador rojo

La China es el origen de homìnidos y hombres muy antiguos ya que antes de la primera dinastía, la Hia con su fundador Yu el Grande, se habla de algunos reyes y emperadores que pertenecen al reino de la leyenda y de la mitología sínica. Entre ellos están los tres pioneros Foehi, Shen Nung (Shennong, el emperador rojo, emperador Yan, divino granjero, o Hung Ti, Rey de la Tierra, todas estas apelaciones tiene) y Yu Siung(el emperador amarillo o Huang Ti, Rey del Cielo); este último, además de ser considerado padre de la escritura, corrigió el calendario, nombró historiadores y construyó casas y ciudades; en la medicina tradicional china el Rey del Cielo se encarga de conocer el origen de las enfermedades (escribió el libro Nei Ching o Canon, la base de toda la literatura médica china) mientras que el emperador rojo trata estos males. El Canon describe cinco tipos de tratamientos: curar el alma, nutrir el cuerpo, administrar medicamentos, tratar el organismo globalmente y usar la acupuntura y la moxibustiòn, estrategias terapéuticas que nos recuerdan la labor del médico del tercer milenio. El emperador amarillo (2698-2598 A.C.) estaba casado con la excepcional mujer Si Ling, quien estableció la manufactura de seda.

En relación con medicamentos habría que destacar a Shen Nung (Fig.3-1), padre de la agricultura. Este importante pionero, nuevamente según la leyenda, por su compasión con los enfermos ingirió personalmente centenares de hierbas (y venenos) con el fin de comprobar su valor medicinal, encontrando también antídotos a los venenos; merced a tener un abdomen transparente, podía seguir su recorrido durante la digestión, y lo pintan como un ser de piel verde (por comer tantas plantas), de cabellos largos, quien además utilizaba a sus prisioneros en sus experimentos, lo que no debería sorprendernos demasiado porque en otras culturas antiguas se hacía (método de ensayo y error) y en la época actual los prisioneros participan como pacientes en estudios clínicos, siempre y cuando el investigador se ciña a las normas éticas de la Declaración de Helsinki y al consentimiento informado escrito.

Shen Nung, quién vivió hacia el año 3000 A.C., caracteriza a los chinos que frecuentemente han querido usarse a sí mismos como conejillos de indias; no es raro entonces que muriera intoxicado. Su Gran Herbario o Materia Médica China (Pen Tsao), cuya autenticidad (así como la leyenda de su autor) no ha podido ser comprobada, anota información sobre trescientos sesenta y cinco drogas, de las cuales cincuenta y una no eran herbales.

Se sub-dividían en ciento veinte hierbas del emperador, que tenían un alto grado de calidad alimenticia, que no eran tóxicas y podían comerse en grandes cantidades para mantener la salud por largo tiempo; otras ciento veinte del ministro, atóxicas o ligeramente tóxicas, que se tomaban por su acción terapéutica más fuerte para sanar enfermedades, y ciento veinticinco hierbas de los sirvientes, que tenían acción específica para tratar las enfermedades y eliminar el estancamiento; como estas últimas eran tóxicas, no debían consumirse por periodos prolongados de tiempo. De todas maneras esta ha sido una gran contribución a la medicina herbaria, ya que incluye drogas todavía conocidas como la podofilina (para el tratamiento de las verrugas genitales), el ruibarbo, el opio, el acònito, el ginseng, el ginkgo, el estramonio, la corteza de canela, la marihuana (Cannabis indica), diferentes clases de té y la Ephedra cínica, tan usada de manera popular en el tratamiento de la obesidad; ha causado muchas intoxicaciones, particularmente porque a veces se identifica la planta con su nombre en chino, y así ni médicos ni pacientes la reconocen.

 

De la Ephedra se aislò en el siglo pasado (siglo XX, quién lo creyera) el alcaloide efedrina, procedente de la hierba china Ma Huang. El Emperador Rojo por ejemplo, observó que la raíz pulverizada de la planta Ch’ang Shan era buena para tratar las fiebres (probablemente malàricas), que ahora se identifica como la Dichroa febrifuga, y una de sus dicroinas es útil para controlar la malaria de los pájaros.

Sobre el Ginkgo bilova se cuenta la anécdota de nuestro héroe el emperador rojo, quien preocupado porque varios miembros de su corte se estaban volviendo seniles, se asomó a su ventana y oyó una voz que le susurraba: “El árbol que ahora observa restaurará las mentes de tus amigos y parientes”. Así fue que dio instrucciones a sus ayudantes para que prepararan un brebaje con sus hojas, sirviendo dicho té a los afectados varias veces al día, por algunas semanas, observando luego cómo estas personas recuperaron mucho de su memoria perdida. Sobre este árbol es importante anotar que aunque existía en el periodo Triàsico y en el Jurásico, incrementándose en el Cretàceo, debido a cataclismos geológicos y a la desaparición de los dinosaurios y otros reptiles gigantes, los que eran importantes dispersadores de sus semillas, hace siete millones de años el Ginkgo desapareció de los fósiles de Norteamérica. En 1691, el alemán Engelbert Kaempfer descubrió que dicho árbol había sobrevivido en la China. Los monjes budistas lo habían conservado como sagrado y plantado en los jardines de palacios y templos.

La medicina china con el tiempo fue sustrayéndose de la influencia de la brujería y la magia, e intervino el pensamiento de grandes hombres como Lao-Tse y Confucio, fundadores de religiones como el taoísmo y el confucionismo. Así se desarrolló la teoría del Yang y Yin o de las fuerzas opuestas: flujo y reflujo, hembra y varón, vida y muerte, sol y luna, calor y frío, fuerza y debilidad, dependiendo el universo y muchas otras cosas del adecuado balance entre ellas. Algo como sencillo y lógico mas no exacto y que fuese similarmente considerado por los griegos y hasta hace menos de dos siglos como la teoría de los humores, además de la de los elementos tierra, agua, aire y fuego, considerados por los chinos, tierra, fuego, agua, madera y metal.

 

 

Hacia el siglo V, hubo intercambio de culturas entre los monjes chinos y los de la India, y también comercio entre Japón, Corea y los árabes, y se desarrolló mucho la alquimia; merced al pedido taoìsta de longevidad, se hizo mucha experimentación con el sulfito de mercurio, por lo que esto llevó a una plétora de síntomas característicos de intoxicación por mercurio. El interés en la alquimia desarrolló la ciencia farmacéutica y en el 492 Tao Hong Jing (456-536) sacó un libro con comentarios al clásico herbario del emperador rojo, que incluyó 730 clases de medicamentos. En el siglo VII se escribieron libros de cómo cultivar hierbas, o recogerlas en la selva y posteriormente, durante la dinastía Tang se escribieron verdaderas farmacopeas herbarias oficiales, más otras escritas por ciudadanos particulares. En esa época existió también un famoso médico rural de nombre Sun (581-682), considerado el rey de los prescriptores, quién estudió los tres pilares de la sabiduría china, el Confucionismo, el Taoísmo y el Budismo, y con la integración de la acupuntura, la moxibustiòn y el uso de drogas, constituyó un sistema completo de medicina. Consideró mejor la prevención que el tratamiento, y como cualquier semiólogo moderno tomaba las historias clínicas basándose en la observación, auscultación, interrogatorio y palpación, dejando el examen del pulso para después de haber oído el tono de voz del paciente y observado su contextura. Consideraba que el éxito del tratamiento se basaba en que el herborista recogiera personalmente las plantas en el lugar y tiempo adecuados, y de que él mismo procesara estas hierbas correctamente. A finales del siglo XVI, el médico farmacólogo Li Shi Zhen (1518-1593), quien visitó muchos países para investigar sobre los remedios locales, estudió numerosas plantas y revisó diversos libros y publicaciones, escribió posteriormente una gran farmacopea que incluyó mil ochocientos noventa y dos drogas, trescientas setenta y seis descritas por primera vez, con mil ciento sesenta dibujos y más de once mil recetas. Dijo lo siguiente sobre el significado de la prevención: “curar enfermedades es esperar a tener sed para cavar un pozo, o fabricar armas después de que la guerra ya ha comenzado”.

En las dinastías chinas tardías, el arsenal terapéutico llegó a reunir hasta dos mil remedios y dieciséis mil fórmulas. Se clasificaban como hierbas, árboles, insectos, piedras y granos. Entre los minerales estaban los mercuriales (como los calomelanos, usados posteriormente para el tratamiento de las enfermedades venéreas), los arsenicales y las piedras magnéticas. El historiador Lyons destaca entre las hierbas la efedra o “cola de caballo”, que ya mencionamos, y que pasó a occidente a través de la farmacopea griega; menciona también al ginseng, popular como en aquel entonces para “recuperar la potencia sexual”. Entre los remedios con principios activos todavía consideramos a las algas marinas (por su contenido de yodo), la madera de sauce (ácido salicílico), el jugo de lúpulo (antiespasmódico, para la dismenorrea)y las flores de morera, para la tensión arterial. Entre las terapias chinas no herbales están la acupuntura y los masajes. A principios del siglo XX, el médico Sun Yat-Sen (quien estudió en occidente), hizo mucho énfasis en la medicina occidental y desarrolló la salud pública, los acueductos y creó oficinas para combatir las epidemias. En las áreas rurales la medicina china tradicional continuó siendo practicada por los “médicos descalzos”, pero en la época de Mao trató de elevarse el nivel de esta medicina, que posteriormente ha tratado de integrarse con la occidental, introduciendo en ellas las prácticas psicológicas y espirituales.

Lu Yu (陆羽, 733-804)

Su nombre de cortesía era Hongjian (鸿渐), nació en la ciudad de Tianmen de la provincia de Hubei. Su otro nombre era Ji () y el nombre de cortesía era Jizi ( ), y sus nombres literarios eran Jinglingzi (竟陵 ), Sangzhuweng ( ), Donggangzi ( ) y Chashan Yushi (茶山 御史, Gobernador Realmente Asignado de Tea Hill). Le gustó el té toda la vida y se especializó en Cultura del Té, y escribió la primera obra maestra del mundo con té. El libro se llamaba Cha Jing ( , The Sutra of Tea). Lu Yu hizo una contribución sin precedentes al desarrollo de la cultura y la teoría del té. En la historia, fue coronado para ser El inmortal del té ( ), El santo del té (茶圣) y El dios del té ( ). Por cierto, Lu Yu también era experto en crear poemas, pero, hoy en día, solo quedaban algunos de sus poemas. Sus intereses en el té se plasmaron principalmente en los aspectos de su estudio e investigación a largo plazo sobre el té y su experiencia en la siembra, crianza y procesamiento del té. Y su teoría sobre cómo probar y juzgar el té también es bastante útil y se convierte en una parte importante de la cultura china del té. En 760, Lu Yu llevó una vida solitaria en la región de Jiangnan, y completó sus famosas obras clásicas: El Sutra del té, que consistía en tres volúmenes. En una obra maestra autorizada de la dinastía Tang llamada Quan Tang Wen ( 唐文, Los artículos generales de la dinastía Tang), está la Autobiografía de Lu Yu (陆羽 自传).

 

En “Nuevo Libro de Tang” (Xin Tang Shu, 新唐书), hubo contenido temático con la introducción de Lu Yu. Según el registro, se desconoce el lugar de nacimiento de Lu Yu, y alguien dijo que un monje lo descubrió al borde del agua y lo crió en el templo. Después de que Lu Yu creció, era el momento de darle un nombre formal, y los monjes del templo lo llamaron formalmente Lu Yu de acuerdo con el contenido aleatorio obtenido por Bushi (卜筮, una forma de adivinación misteriosa y antigua) del Libro de Cambios (易经), y el contenido era parte de Jian () llamado Jian (, gradualidad), y la interpretación específica de esta parte en chino era “鸿渐 可用 ” (El cisne llega gradualmente a la tierra, y su pluma podría ser la herramienta del rito). El Sutra del té de Lu Yu fue el resumen sistemático del conocimiento científico y la experiencia práctica del té en la dinastía Tang y antes de la dinastía Tang. fue el documento de primera mano que Lu Yu obtuvo de la producción y el procesamiento del té.

El Cha Jing de Lu Yu o “El Sutra del té” Un libro básico en tu estudio.

La ruta de la seda

La Ruta de la Seda es la ruta comercial terrestre más larga e históricamente más importante del mundo. El comercio comenzó hace miles de años porque los comerciantes descubrieron que el transporte de productos era rentable y que la seda era uno de los principales artículos comerciales.

A través del comercio y los viajes a lo largo del camino, las culturas en toda Eurasia se desarrollaron económica, tecnológica y culturalmente, y las religiones e ideas se extendieron hacia el este y el oeste. Los imperios Han, Tang y Yuan prosperaron especialmente debido al comercio, pero durante otras épocas, el comercio se detuvo por varias razones.

¿Porqué comenzó el comercio de la ruta?

La región de China estaba aislada de las civilizaciones de Occidente por las montañas más altas del mundo, algunos de los desiertos más grandes y más severos, y largas distancias. En el medio, personas nómadas allanaron viajeros y comerciantes.

Sin embargo, las dinastías Shang (1600–1046 a. C.), Zhou y Han dominaron la producción de varios tipos de productos que eran importantes y únicos, como la seda, la porcelana y el papel, y estos fueron muy apreciados en Occidente.

Pero para llegar al oeste, solo había dos rutas terrestres. Los viajes por mar todavía eran demasiado primitivos. Una ruta terrestre pasó por el Corredor Gansu, se extendió hacia el oeste hasta Xinjiang, y luego se dividió en varias rutas. Esto se llama la Ruta de la Seda. El otro llamado la Ruta del Té y los Caballos comenzó desde Yunnan y Sichuan y cruza el Tíbet.

Los productos como la seda eran muy valiosos para los de Asia Central y tan lejanos como Europa. Pagaban con metales preciosos, pieles de animales y algunos de sus propios productos manufacturados, como artículos de lana, alfombras y productos de vidrio que eran apreciados en el Este.

Varias rutas de la Ruta de la Seda

(c. 1300 aC – 1400 dC)

En realidad, no es un solo camino … La Ruta de la Seda es en realidad el nombre colectivo dado a una serie de antiguas rutas comerciales terrestres que unían China, Asia Central, Oriente Medio y Europa. El comercio de la Ruta de la Seda con China pasó por Xinjiang.

Las largas y sinuosas rutas en el norte de China siguieron el Corredor Gansu, un enorme valle que tiene 1,000 kilómetros de largo a través de la provincia de Gansu. El extremo oriental del valle se abrió en Lanzhou, y el extremo occidental del valle se abrió cerca de Dunhuang.

Las rutas comenzaron en las antiguas ciudades capitales de Luoyang y Xi’an, cruzaron el río Amarillo en Lanzhou y luego siguieron el corredor Gansu hacia Xinjiang. En Dunhuang, la ruta se dividió de tres maneras: la rama más al norte cruzó hacia el norte alrededor de las montañas Tianshan y las otras dos cruzaron al norte y al sur del desierto de Taklamakan o la cuenca de Tarim.

La Ruta de la Seda del Sur o la Ruta del Té y los Caballos (700–1930)

En contraste con el norte de la Ruta de la Seda, el principal producto de exportación de la Ruta del Té y los Caballos era el té.

Sin embargo, los imperios de las dinastías Ming y Qing continuaron el comercio de seda, pero especialmente de té, con el Tíbet y el sur de Asia a través de las muy antiguas rutas comerciales la Ruta del Té y los Caballos (Chama en chino). Esta ruta comercial también se llama la “Ruta de la Seda del Sur”.

Yunnan y Sichuan fueron grandes exportadores de té durante más de mil años al Imperio tibetano. A cambio, los tibetanos exportaron caballos y diversos productos.

Sin embargo, durante los tiempos modernos, el comercio marítimo y la disponibilidad de té indio y de Ceilán hicieron obsoleta la ruta comercial del Té y los Caballos.

¿Porqué termino el comercio de la ruta de la seda de China?

Los cambios tecnológicos, los cambios políticos en el Imperio Ming y la producción europea de seda, porcelana y otros productos tradicionales de exportación causaron el declive de la Ruta de la Seda.

En la década de 1500, los barcos comerciales europeos navegaban regularmente por las aguas costeras del Imperio Ming, y a medida que los viajes por mar se volvieron más fáciles y más populares, el comercio a lo largo de la Ruta de la Seda disminuyó. Al mismo tiempo, se hizo más difícil viajar por tierra. El transporte de barcos fue más rápido y más económico.

La conquista del Imperio Bizancio y el control otomano de Asia occidental mantuvieron a Europa y los imperios de Ming y Qing separados de Occidente, y los viajes por tierra se volvieron peligrosos. Si bien el comercio de seda por pieles con los rusos al norte de la Ruta de la Seda original continuó, a fines del siglo XIV, el comercio y los viajes a lo largo de la ruta habían disminuido significativamente.

En la década de 1400, la política de la corte Ming cambió al aislacionismo. Detuvieron el comercio de la Ruta de la Seda. Además, había menos demanda de seda y porcelana en Occidente porque producían las suyas. En la década de 1100, los italianos comenzaron a producir seda y textiles, y en la década de 1400, Lyon era un importante centro de producción de textiles de seda para el mercado europeo. En la década de 1700, los europeos también producían porcelana y una demanda interna parcialmente satisfecha.

Después de esto, algunas de las rutas de la Ruta de la Seda de Asia Central, especialmente aquellas en áreas de alta montaña en Tayikistán, Afganistán, China, Pakistán e India continuaron siendo utilizadas hasta principios del siglo XX.

¿Quién fué Sen no Rikyu?

Nació en 1522, en la actual prefectura de Osaka, como hijo del dueño de un almacén. Comenzó a aprender el camino del té a una edad temprana, y cuando tenía solo diecinueve años, ya había conocido al gran maestro del té Takeno Jo-o cuyas enseñanzas lo influenciarían enormemente a lo largo de su vida. Al final de su vida, Sen no Rikyu fue llamado a servir a Oda Nobunaga, el general más poderoso de la época. Después de la muerte del general, fue empleado como maestro del té por Toyotomi Hideyoshi, quien sucedió a Nobunaga y controló Japón. Desafortunadamente, sin embargo, a veces hubo fricción entre Rikyu y Toyotomi, y esto finalmente llevó a Toyotomi a obligar a Rikyu a cometer suicidio ritual en 1591.

 ¿Qué buscó Rikyu para mejorar el estilo de la ceremonia del té?

Sen no Rikyu y su maestro Takeno Jo-o comenzaron a tratar de introducir el espíritu de wabi-sabi en la ceremonia del té. Wabi – sabi es una visión tradicional japonesa de la belleza, en la que se valora algo simple, imperfecto y transitorio. El nuevo estilo de ceremonia del té inventado por Rikyu se conocía como wabi-cha, y se generalizó y se hizo muy popular. La idea central del nuevo estilo de ceremonia del té de Rikyu era permitir que los invitados se sintieran lo más cómodos posible, evitando el uso de reglas estrictas y la elaboración excesiva.

 

La sala en la que se celebró el estilo wabi-cha era pequeña en comparación con las que se usaban en otros estilos de ceremonia, y estaba diseñada para permitir la entrada de luz natural al interior. Además, el jardín que se podía ver desde la habitación también se consideraba parte del salón de té y, por lo tanto, debía ser hermoso, bien mantenido pero bastante natural.

Hospitalidad en la ceremonia del té.

Una palabra para explicar el espíritu del estilo wabi-cha es “ich-go-ich-e”, que significa “esta ocasión y esta reunión pueden venir solo una vez en la vida, por lo tanto, deben ser muy valoradas”. Se da por sentado que el anfitrión hace el té allí y luego, y prepara diferentes dulces para disfrutar con el té para cada ceremonia, según quién esté invitado, qué le gustaría al invitado, o la temporada, fecha y hora de la ceremonia. retenida. Sin embargo, no es solo la comida o la bebida lo que cuida el anfitrión, sino también los muebles, las obras de arte y las tazas de té. Estos se seleccionan cuidadosamente para adaptarse mejor a cada invitado.